Aunque no lo creas ser una madre ausente y ocupada lastima la salud emocional de tus hijos.
Sentir el calor de una madre, su atención y su cariño es quizás una de las necesidades más grandes que un ser humano puede experimentar en su vida.
Nuestras mamás son el primer ser que gestó nuestras vidas, de ellas, mamamos las bases de nuestras relaciones.
Su amor es un ungüento a nuestro ser, pero ¿Qué sucede entonces cuando ese ser núcleo de vida, estuvo ausente en la mía?
Hoy te contaré el cómo una madre ausente puede afectar las relaciones de sus hijos
La vida adulta del hijo abandonado
Cuando llega la vida ADULTA, quienes enfrentamos una madre ausente no podemos convivir con la soledad, entonces es allí cuando se acepta cuaquier tipo de relación, con tal de no sentirse abandonado.
La ausencia de la madre puede derivar en otros conflictos a futuro como:
- Trastornos del sueño
- Problemas de alimentación
- Ansiedad
Sanando la ausencia de mamá
A menudo nos cuesta lidiar con la ausencia de mamá y es que, según los patrones de la sociedad, nuestras madres deberían sacrificarse por nosotros, dándonos su amor sin límites y sacrificado.
No obstante, ese no es un amor sano, sino a veces también tiende a lo tóxico, el no ser una madre ausente no significa dejar tu estima por la de tus hijos, ya que una madre ausente, puede estar allí pero haber construido sobre vacíos emocionales.
¿Cómo identificar a una madre ausente?
- Prefiere una vida social a convivir con sus hijos
- Compite con sus hijos
- Madres que prefieren darle todo a su pareja o vivir un noviazgo dejando en segundo plano a sus hijos
- Madres que sienten celos de la relación de los hijos con los padres
- Madres que quieren revivir su vida a través de la de sus hijos
- Madres que descargan en sus hijos sus frustraciones
- Una madre que con sus palabras o actitudes hace sentir a sus hijos que no está para ellos o que no está dispuesto a escucharlos
¡Tú puedes superarlo!
Si identificas que eres o has vivido la ausencia de tu madre es tiempo de liberarte ¿Cómo hacerlo?
- Perdónate y perdona a tu mamá , escribe en un papel que describa el dolor que has sentido tras no haberte sentido merecedor/a del amor de tu madre.
- Marca los límites de tus relaciones, reconoce que ahora eres tú la o el adulto, es el momento de que tomes tus propias decisiones, siéntete con el derecho de vivir tu propia vida, libérate de los juegos de poder y los sometimientos.
- Ser comprensivo, no es igual a permitir, reconoce que en el pasado tu mamá te hirió, muéstrale aquello que te duele, el comprender las heridas que tuvo no significa que le permitirás volver a herirte, así que explícale no permitirás faltas de respeto o chantajes hacia tu persona.
- Toma el control de tu vida, si te has pasado la vida, viviendo bajo las expectativas de lo que tu mamá desea, has permitido que ella viva por ti, con esto no digo que no escuches sus consejos, sino que no permitas que ella manipule tus decisiones.
Recuerda que de éstas decisiones sean buenas o malas tu vivirás las consecuencias, así que toma el timón de tu vida.
Finalmente, si te reconoces como una madre ausente, estás a tiempo de sanar tu vida, sana la relación con tu madre y no viertas en tus hijos tus frustraciones.
Recuerda que tú siempre puedes cambiar tu mente para cambiar tu vida.