Perder a un ser querido es una de las experiencias más difíciles de asimilar, porque extrañamos a la persona y deseamos que esté con nosotros.

Sin embargo, es una situación que debes trabajar y entender para no perder el rumbo de tu propia vida.

Un recuerdo bien atesorado no se vuelve un ancla, debes avanzar.

Es posible que demores en asimilarlo y sanarlo, pero ten presente que el dolor es parte de vivir y muchas veces, inevitable. Sin embargo, tú decides cómo manejar ese dolor, no lo sufras, procésalo.

Cierra la herida: etapas del duelo

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En tu proceso de sanación atravesarás ciertas etapas para poder sanar, no te presiones ni presiones a los demás, entiende que todos tenemos diferentes relojes de aceptación.

  • Negación: Al enterarte del suceso no podrás creerlo, incluso llegarás a pensar que lo ocurrido no pasó, que no es verdad. Este es sólo un mecanismo de defensa para evitar el dolor.
  • Confusión: Pides explicaciones sobre lo sucedido y surgirán muchas emociones negativas para intentar darte respuestas. Desafortunadamente no las hay y te sentirás confundido.
  • Ira: En esta etapa, un enojo invade tu cuerpo al pensar sobre la injusticia del suceso y te sientes frustrado por no haberlo podido evitar.
  • Negociación: Guardas la esperanza de volver a ver a esa persona si hubieras hecho tal o cual cosa, sin embargo, es evidente que eso no cambiará nada. Tu refugio serán los recuerdos donde buscas una salida a tu dolor. Quieres llegar a un presunto acuerdo para calmar tu pesar pensando en lo bueno que sería tener a esa persona aún contigo.
  • Tristeza y depresión: En esta etapa vas asimilando que tu pérdida es definitiva, lo que te hace sentir triste. Seguramente querrás aislarte y estás en tu derecho, es una etapa difícil, doler es inevitable. No obstante, hay que tener cuidado aquí, pues si el sentimiento de tristeza es profundo, puede volverse depresión, situación que es importante atender.
  • Aceptación: A pesar de que todavía sientes nostalgia y emociones parecidas, asumes la realidad de tu pérdida, te vas sintiendo en paz contigo mismo en la medida en que entiendes que esa persona no va a regresar y que lo único que puedes hacer es continuar con tu vida.

Algunos consejos para sobrellevar el duelo…

  • La vida es un ciclo natural y el marcharnos es parte de ello, en el que después de él, trascendemos.
  • Despídete de esa persona que se ha ido y dile todo lo que sientes.
  • Si necesitas llorar, hazlo, no reprimas ese sentir. El llanto nos ayuda a sanar ante nuestras dolencias.
  • Libérate, deja de sentir culpas que no son tuyas. Déjalo ir.
  • Estás aquí y ahora para vivir por ti y no por el otro, tú eres el único responsable de buscarle un sentido a tu vida sin cargárselo a quien se ha ido.
  • Platica sobre tu pérdida con alguien, esto te permitirá comprenderla mejor.

Tarda lo que necesites, pero aprende que dejar ir es parte del proceso. Cierra esa herida y no arrastres ninguna culpa. Soltar no es olvidar.

Y recuerda, cambia tu mente, cambia tu vida.

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