Cada mañana despertamos con nuevas metas y propósitos, a veces es díficil entender que lo que antes conocíamos ya no está. Todo los días vivimos cambios y algunos nos asustan. Te invito a leer esta reflexión…
YO: Hola Dios.
DIOS: Hola…
YO: Estoy desmoronándome podrías rearmarme.
DIOS: Prefiero, no hacerlo .
YO: Pero, ¿por qué?, acaso no eres tú quien todo lo remedia.DIOS: Porque no eres un rompecabezas.
YO: ¿Qué hago con todas las piezas que se caen de mi vida?
DIOS: Déjalas allí por un tiempo.
DIOS: Porque no eres un rompecabezas.
YO: ¿Qué hago con todas las piezas que se caen de mi vida?
DIOS: Déjalas allí por un tiempo.
Si se cayeron es por una razón.
Déjalas estar allí y luego decide si necesitas recuperar o no alguna de esas piezas
YO: Pero, pero, ¡no lo entiendes! , estoy rompiéndome
DIOS: No, eres tú quien no entiende.
Estás trascendiendo, evolucionando.
Aquello que sientes es dolor de crecimiento.
Estás desprendiéndote de las cosas y las personas quienes te han retenido
Mientras sientes te estás desmoronando, todo está tomando su lugar y las piezas se acomodan, cada una en su lugar.
Relájate. Descansa y deja que aquello que se desmorona, caiga.
¡Ya no lo necesitas!
Deja de aferrarte hacia aquellas piezas que ya no son para ti.
Déjalas ir.
YO: Y si lo hago, ¿estaré desarmado?, ¿ ya no quedará, nada de mí?
DIOS: Sólo las mejores de tus piezas.
YO: Tengo miedo de cambiar.
DIOS:¡NO ESTÁS CAMBIANDO!, ¡ESTÁS EVOLUCIONANDO!