Es normal pasar por una etapa de duelo después de una pérdida, ya sea la muerte de un ser querido o el fin de cualquier relación

El duelo tiene diversas etapas por las que seguramente pasarás, son dolorosas, pero si tienes la inteligencia emocional adecuada podrás seguir adelante.

Etapa de negación

Cuando no estás listo para soportar el dolor de una pérdida, tu mente se encara de rechazarlo consciente o inconscientemente.

Es un proceso mental temporal en el que nos paralizamos y no creemos que eso esté ocurriendo en nuestra realidad.

En esta etapa del duelo nuestro mundo pierde sentido y todo nuestro entorno nos parece oscuro y abrumador, pero al mismo tiempo estamos en una especie de shock en el que no aceptamos lo ocurrido.

No aceptar la realidad puede provocarnos síntomas y problemas en la salud, tales como: dolor de pecho, malestar estomacal e hipertensión.

Etapa de ira

Cuando comenzamos a sumergirnos en la realidad sentimos el dolor de golpe que nos hace darnos cuenta de lo que sucedió: perdimos a esa persona. Y el dolor en esta etapa del duelo es irremediable de momento.

Por ello surge una ira, nos molestamos con la vida por el sufrimiento que nos provocan las circunstancias. Nos desquitamos con amigos, familiares, objetos inanimados.

La tristeza se refleja con enojo.

En esta etapa tratamos de entender por qué nos ocurrió a nosotros, sentimos que Dios nos ha abandonado. La ira es temporal e incluso necesaria para desahogarnos.

Te recomiendo:

-Escribir una carta al ser perdido

Liberar tu ira por medio de alguna actividad física

– Establecer un diálogo imaginario con esa persona para identificar todas tus emociones

Etapa de negociación

Aquí surge la esperanza de que podemos recuperar a esa persona o postergar su pérdida. Se busca un trato con Dios o algún poder superior para recuperar tener de vuelta al ser perdido.

Pensamos en pospretérito, en cómo hubiera sido si algo se cambiaba, anhelamos el pasado.

Se trata de nuestro último esfuerzo por dejar atrás el dolor.

Depresión del duelo

Aceptamos con certeza en abandono o pérdida y abrazamos nuestra soledad en esta etapa, sin embargo, esto nos sumerge en una profunda tristeza. Se pierde el ánimo por la vida, pensamos que nunca volveremos a ser los mismos.

Se genera un sentimiento de incertidumbre ante el futuro, creemos que no tiene caso continuar sin el ser perdido.

Y aunque es una etapa temporal, la depresión debe ser tratada como una enfermedad mental.

El fin: la aceptación

Abrimos los ojos al futuro y vemos que aún quedan razones para seguir, aceptamos con resignación la pérdida de esa persona y continuamos con nuestra vida. Estamos listos para perdonar.

Tú puedes sanar el duelo, cambia tu vida.

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